1.
Cómo penetran en el mar
jadeos y cavilaciones,
cómo tañen las hojas
carmesíes en lamentos.
Entrechocan sus respiraciones,
que se acortan y alargan sin demora.
2.
Lograr sin quererlo
que tus pupilas vuelvan
a tierna sangre emanar.
Procuraré cuidarme de ello,
pues tergiversas lo real
en un pestañeo de nácar.
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