jueves, 29 de diciembre de 2011

¡Qué invento el cruce de miradas
la danza de párpados y pestañas
en las adolescentes que como desposeídas
corren, saltan y gritan
por pasillos en sus idas y venidas!

Qué dócil lirio te muestras
remueves difuntos y el vello encrespas
y entonas el cantar descarado
de tus pestañas como saetas.
Me miras, pasas de largo, y me dejas a un lado.

Cómo miro tus finas piernas
y lo continuo a tus mangas de camisa
y rehuyo como un zorro mi retina
para volver al papel mis penas
porque tus pupilas en mi diana atinan.

martes, 27 de diciembre de 2011

A cada verso que escribo...

A cada verso que escribo
más cerca de ti me siento,
y me pregunto endeble
¿Cuál fue la musa
del viejo historiador?
¿Cuál la del trovador?

A cada verso que escribo
más cercano a ti me siento
y me pregunto endeble
¿En qué verso te alcanzaré?
Quizá nunca ocurra
y eterno seguiré escribiendo.

A cada verso que escribo
más cerca de ti me siento
y me pregunto, endeble
¿Por qué mi ánimo así encuentro?
Débil, ensimismado
contigo en mi pensamiento.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Mientras los segundos son derrotados...

Mientras los segundos son derrotados
las muchas voces mudas
no pronuncian valor alguno
y los sucios dementes hacen de las suyas.

Mientras mis segundos son derrotados
los cupríferos estandartes de antaño
son enviados a un ostracismo oxidado
y los dementes reciben sus regias medallas
terrenales y vanas, que descarnan
que ningún halo dan al alma.

Mientras los segundos son derrotados
una tuberculosa tos acaba con el alma
suspiro tras suspiro
y glóbulo tras glóbulo,
ahondando en los agujeros negros
de mis pulmones civilizados
a base de graves ecos
de cristales despedazados.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Coge tu medalla de buena persona
tu galardón de la autocomplacencia
con ribetes de falso amor
adornado con besos de Iscariote.

No pienses que parto por tu culpa,
pero tampoco te declares no culpable
ante ese jurado popular
sobornado con tus cantos de sirena.

No seas tan ególatra, hazlo por tu madre
ni hagas sacrificios a tu nombre.
Espero y rezo porque guardes
tras tu sonrisa fabricada en porcelana
esa lengua bífida de color sangre
que aún noto clavada en mi manto.

Ahora cogeré un tren, seré un polizón
viajaré donde el hielo es humeante
no me volverás a tocar
con esos largos dedos negros.

No tendré que ver más
tus blusas transparentes
ni me volverás a pisar
con tus pies de barro.

Ni me hablarás con voz de niña
para conseguir tus regalos preciados
con ese cantar tan artificial
que ensayabas en cada azulada noche.

Aprovecharé mi exilio de 40 años
y me fumaré los trozos de hojas
que antes componían
lo que se suponía una declaración.

Ya me reclamarás lo que desees
si es que logras encontrarme
y llorarás como un crío destetado
pidiendo a gritos lo que no mereces.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Memorias del joven romántico.

A veces pienso: Dolorosa espera
constante espera la que sufro
cielo, como quisiera
arrancarte de lo profundo.
Y luego pienso si quiero
acabar con este amor puro
si de veras lo deseo
y decido que no, que deseo ser tuyo.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Los días no hay que contarlos.

Los días no hay que contarlos
ni como monedas almacenarlos.
Los días hay que vivirlos
con plena locura, amarlos y sufrirlos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

A mil nieblas de aquí.

A mil nieblas de aquí...
donde puedo traspasar tus nobles humos
donde ya no acechan congestiones al alma
donde se tranquiliza mi antagónica sangre.

A mil nieblas de aquí...
donde la verdad no inspira terror
donde los principios no se extrañan
donde el heroísmo no se espanta.

A mil nieblas de aquí...
donde reconozco esa húmeda puerta
donde ingiero diseminadas pociones
donde se enmoheció mi pared.

A mil nieblas de aquí...
donde se acabaron tus leyendas
donde se desplomó tu pelaje
donde tus caderas se hicieron sal.

A mil nieblas de aquí...
donde tu agrietada voz
dejó de quebrada perpetrarse
donde tu desnudo hombro
ya no fue idolatrado
donde el campo de tu mirar
dejó de ser lugar santo.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Soneto para Marian.

Seis años de silencio
guardaron en un cofre
una carta de amor en un sobre
lo que humildemente siento.

En seis años de silencio
mi rojo corazón galopante
se ha movido por mi amante
en prolijos sentimientos.

Y recordé siempre su mirada
y sus manos y temblorosos brazos
cuando me vio recoger su guante.

Y la recordé siempre ensimismada
mientras de mí recibía abrazos
y el sonar de su alma palpitante.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Hoy es el día de los muertos.
¿Cómo hay sólo un día para ellos,
con los muchos que son?
No paro de preguntarme.

Hoy es el día de un caballero
un hombre al que no conozco
que lleva más años muerto
de los que yo llevo vivo.

Hoy es el día, en el que hace
diez años, su tumba visité.
Su lápida: lo más blanco que vi nunca.
Era muy blanca. Paradójico ¿no?

Hoy es el día de un joven
un joven trajeado
autor sin descanso de humor negro
autor sin descanso de ojos claros.

Me hubiera gustado verlo
tomarme un café con él
aunque yo no hablase, escucharlo.
Otra vez será, puede ser.