domingo, 29 de enero de 2012

Se volvieron a romper
los cristales de mi oído
a quebrarse en mil
en celos y sonidos.
Y empezaste a tocar con una mano el arpa
y con la otra el órgano
de antigua madera y desgastado.
Pude escuchar a leguas
el lirismo vital de tus dedos,
aunque me sintiera derrotado
profundo sin inspiración.
Y por eso, mientras sonaba lento
me quedé absorto mirándote;
tú sin saber el profundo secreto
yo completo loco, pero discreto.
Mas hoy te llamo a gritos
desde mi viejo páramo
cuyo horizonte aún no está pintado
en las acuarelas de tus pupilas.
Y mientras espero, imagino tu rostro
plasmado sobre el blanco óleo de la nieve,
brillando por el tragaluz de los siglos
y floreciendo su escarcha entre nuestras manos.

viernes, 20 de enero de 2012

Para poder robarte un fatídico beso...

Para poder robarte un fatídico beso
a flote entre tus cabellos en llanura
mientras tu dorada tez me abruma
soy de tu fuente del rosado vino preso.

Pues dejaría paralítica a mi alma
perpleja ante tu suave figura
y altiva en la rojez que me acusa
en siete mares de pasión y calma.

Es un viaje al místico centro
de tus más recónditos lugares
nacientes de rubíes y perlas escondidas.

Pues es de su acervo el recuerdo
de todo suspiro que yo anhelare
mientras la nocturna sonata acaricias.

sábado, 14 de enero de 2012

De todo ello no me acuerdo...

De todo ello no me acuerdo
de tus llamadas no respondidas
de los ciclos artificiales infinitos
de tus cuatro hijas perdidas
de tus desahogos y alaridos
del maullar de quien pernocta
de tus supuestas luces sagradas
y de mis conocidas sombras
de quien rechaza el nutriente de la vida
de tus colgantes de cruces
de tus teóricos desafíos
no quiera el cielo, yo me abrume
de tus falsos llantos, ríos
del convalidar ilusiones
del sonido de violines en penumbra
del bronce, las sucias pasiones
de tus cantos de gesta que nublan
del líquido oscuro del espíritu
de cuyo frío crédito vives
al olvido yo me abrigo.
De todo ello no me acuerdo.

domingo, 8 de enero de 2012

Asolas con conquistas la tierna luna
que en mucha seda y velloso cuero se tejió,
porque así lo quiso ella, en su cuna
así floreció y entre adornos renació
entre rojeces y luces centelleantes.

Pero piedad no tuviste
cuando clavaste tu garra animal
y como la aristócrata te erigiste
como la cabeza primaveral
que te piensas que eres.

No me conformaría a sobrevivir
a tus inoportunas sensibilidades
ni a tus atonales silencios asistir
ni a tus bajezas bajo llave,
no me conformo con sobrevivir a ti.

Aunque dardos envenenados ahora
en mi triste sien impunemente
apuñalas en incertidumbre asoladora
mientras sonríes piadosamente
no me conformo con sobrevivir a ti.