lunes, 21 de noviembre de 2011

Hunde un chorro de agua hirviendo
sobre mi desnuda nuca
como un torrente repleto
de sabias palabras que no se gastan.

Dame una píldora mágica
deformada en un verso secreto
que, entonado por ti, entre en mi oído
y, vibrando mi tímpano, me sane.

Y por nuestro funeral regálame
un diccionario de mil sentimientos
un alfabeto de cien caricias
y una partitura de un susurro.

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