en un gran chorro se encarama
pues se esconde entre sábanas
desde el cielo hasta aquí.
Susurra, entona y canta
nuevos versos para mí,
canta la primera vez que te vi
y cómo tu suave flor me abraza.
Cuando muestra tu realidad desnuda
pura, eterna, recalcitrante
en mis ojos y manos me acusa.
Y otra vez, igual que antes
desde que habitamos nuestra cuna
me abrazas tú, mi dulce amante.
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